jueves, 15 de enero de 2009

ANÉCDOTAS DEL DAKAR




El "techo" del Dakar

Privados de la especial, los corredores del Dakar tuvieron ayer tiempo para apreciar los paisajes de la Cordillera de los Andes. En el enlace de 500 kilómetros en dirección a Fiambalá, la caravana del Dakar alcanzó su punto álgido a 4700 metros de altitud, en Paso San Francisco. Sin duda una experiencia sublime para algunos, pero difícil para quienes sufren de mal de altura. “Me dolía mucho la cabeza”, comenta el motorista David Casteu, que lo ha sufrido desde el inicio de la prueba. Anteúltimo en la general de motos, Kemal Merkit confiesa haberse sentido “totalmente adormecido, quizás debido a la altitud”. Más acostumbrado a La Canabière que a la Cordillera, Luc Pagnon estaba más tranquilo: “Siempre me mareo en el mar, así que me alegra al menos no sufrir el mal de altura.” Para el galés Craig Bounds, el problema era otro totalmente distinto: “Me estaba congelando ahí arriba.” Y al igual que los pilotos, que sufrieron lo suyo, los vehículos tampoco mostraron el mismo comportamiento que en territorios más bajos: “Tenía la sensación de estar pilotando un ciclomotor”, comenta Casteu. “No he pasado de tercera porque me faltaba potencia”, cuenta Bounds. Muchos, como Nani Roma, aprovecharon la ocasión para detenerse a sacar unas fotos.

En Mitsubishi se recicla

¿En qué se convierten los coches de los ganadores del Dakar una vez finalizada su misión para la escudería tras una o dos temporadas en competición? La evolución tecnológica hace que la victoria parezca a menudo una realidad inasible, si bien no les impide llevar a honorables pilotos por las pistas del Dakar. La marca japonesa se deshace regularmente de sus prototipos, que se venden con un lote de piezas de recambio. Por ejemplo, el Montero MPR 10 que llevó a Masuoka a la victoria en 2003, se vende por una cantidad de entre 250 000 y 300 000 €. Ha sido precisamente éste el elegido por Alexey Berkut, que ocupa la 29ª posición en la clasificación general tras la etapa de Copiapó. Más ambicioso, Guilherme Spinelli invirtió más de 650 000 € en un MPR 13 pilotado por Masuoka en 2007. Este año, el brasileño se encontraba en el Top 10 hasta que se terminaron sus opciones en el rally como consecuencia de una serie de vueltas de campana en la especial de la etapa 6. Por último, entre los 5 coches “ex–oficiales” presentados este año, Miroslav Zapletal es quien se lleva el gato al agua: a tres etapas de la llegada, el checo ocupa la 11ª posición al volante de una Pick-up L202 que fue pilotada por Carlos Sousa en el Dakar 2003.

La hora del quad

Este año, 25 quads han tomado la salida del Dakar en Buenos Aires, mientras que en ediciones anteriores apenas una quincena de quads se registraban en la carrera. Este reciente incremento de la presencia de estos curiosos vehículos ha suscitado sin duda interés, y la experiencia en la pista ha demostrado que los quads están bien adaptados para competir en el Dakar, pese a su débil velocidad de progresión. Tras 10 días en carrera, un cálculo rápido nos permite concluir que la tasa de abandonos es de hecho menos elevada en quads que en motos: 14 siguen en carrera a la salida de la etapa de Fiambalá (el 56%), mientras que sólo quedan en carrera 118 de los 217 motoristas iniciales (53%). Parece que los pilotos de quads están ganando en competitividad, dado que el líder en esta categoría, Josef Machacef, se clasificó en la 65ª posición de la general de motos durante la última llegada a Dakar, mientras que su crono actual le coloca en el puesto 45º de la jerarquía.



Al principio eran tres, pero ya sólo quedan dos en carrera. Pese a ello, esta cifra sigue siendo sorprendente. La gran familia del Dakar es también en cierta forma la del Tour de Francia. En efecto, Fabrice Roche, Patrick Sireyjol y Thierry Magnaldi son todos ellos pilotoLa confraternidad del Tours de “motos-cámara” en la más prestigiosa de las carreras ciclistas, el Tour de Francia, y los tres decidieron tomar la salida del rally en Buenos Aires. “Fue Fabrice Roche quien tiró del carro y me animó a participar”, explica Sireyjol. “Desde entonces he cubierto dos Tours y en el Dakar recibo mucha atención de los cámaras de las televisiones francesas, que son los mismos que cubren el Tour.” Si bien Fabrice Roche, que compite en la categoría motos, se ha visto obligado a abandonar debido a molestias en el torso, sus dos compadres, que compiten en la categoría de coches, siguen clasificados y, de hecho, están firmando una buena actuación. Sireyjol, al volante de su Bowler, es 14º en la general, mientras que Magnaldi, en su buggy Gache, es 24º. “Por las noches, nos ponemos al día sobre las vivencias de la jornada”, comenta “Magna”. “Todos hemos tenido nuestra dosis de problemas. No existe rivalidad entre nosotros, pero es posible que en el próximo Tour salten chispas...”.

ETAPA 10

Hijos de Atacama


“Ahí están las montañas en las que nos hemos criado. El rincón del desierto en el que veníamos con los amigos a correr en moto o a hacer un picnic. El vivac del Dakar está en lo que llamamos la ‘Base del Puesto 1’. 60 kilómetros más al Sur está nuestro hogar el ‘Valle de Copiapo’”. Felipe Prohens está en su tierra. Su hermano está a su lado en el camión de asistencia. Felipe es 19º y Jaime 36º. Se muestran tranquilos, concentrados en el desafío que representa el primer Dakar, orgullosos. No quieren hablar mucho de deporte. Jaime prefiere relatar sobre las cimas peladas, iluminadas por la luz, azotadas por el viento de la noche que empieza a soplar: “Ahí arriba cerca del ‘Cerro de Gloria’, detrás está ‘el Medanaso’. El Dakar pasa a su lado, evitándolo, no se puede atravesar en moto: es la montaña de arena más alta del mundo. También está por aquí ‘la Ballena’”. Sonríen, aunque saben que no podrán sacar ningún partido a su conocimiento del terreno. “Los kilómetros van a ser duros para todos. Nuestro objetivo es llegar”. No, no tienen ganas de hablar de deporte, su auténtico placer es continuar la aventura y disfrutar de su colosal jardín de infancia”.

¿El Sahara o Atacama?

Después de una primera jornada en el desierto de Atacama y el descubrimiento de sus dunas, a los más experimentados pilotos del Dakar, a aquellos que conocen los dos continentes, se les pregunta: ¿el Sahara o Atacama? Y ninguno se decide. En cualquier caso, Atacama ha gustado: “Ha sido más duro, pero muy hermoso”, confiesa el motorista Norbert Dubois. Para el francés Eric Croquelois, asiduo al Dakar, “Es como pedirme que elija entre mi padre y mi madre. Aquí hay más que arena, hay polvo, y el terreno es muy irregular, lleno de baches. Casi salgo disparado unas 20 veces”. El sudafricano Alfil Cox aporta una opinión más técnica, después de pasar la jornada de hoy en buggy, tras años corriendo en motos, “La ventaja que ofrece es la vegetación y las piedras en las dunas, que facilitan bastante las cosas, pero, por el contrario, son más largas y más elevadas que en el Sahara, donde son más cortas y más empinadas…”.

Isidre Esteve motivado por el placer de correr

Bajo el sol de Atacama, el equipo está contento: llega Isidre. Son las 18h30, por primera vez, todo ha ido sobre ruedas. Nada de alcanzar el vivac de noche, nada de arañar unas horas de sueño, nada de dolores de cabeza con la mecánica. “Da gusto llegar de día”, comenta simplemente el antiguo motorista. Es su primer Dakar en coche desde el accidente y para el piloto en silla de ruedas el reencuentro con su gran amor ha sido extraño: “El coche es nuevo en la prueba y nosotros también”. Pero Isidre Esteve no habla esta tarde de problemas eléctricos, del camión que le ha dado por detrás, de noches demasiado cortas, precisamente cuando su cuerpo necesita un mayor descanso para poder reanudar la carrera, ni de las ganas de abandonar cada vez más fuertes. La prensa catalana está aquí esta tarde y le rodea un ambiente familiar. Lidia, su novia, resume lo que queda del día: “Después de las entrevistas nos vamos a cenar y podrá estirarse luego para recuperar fuerzas. Ha sido muy duro para él hasta ahora”. Algo mejor clasificado, algo más a gusto, el campeón está radiante: “He recuperado el placer de correr. Eso es lo más importante.” Lidia también sonríe: “Nuestro único objetivo es llegar todas las tardes, como hoy”.

Jacques Laffite y René Arnoux de visita

En la llegada de la especial de Copiapo, dos antiguos pilotos de F1 han dado la bienvenida a los corredores. Los visitantes se han quedo cautivados por los paisajes sudamericanos, a los que les encantaría volver, la próxima vez con traje de carrera. Jacques Laffite, que ya se aventuró en las pistas del Dakar en una breve incursión en 1988 (abandonó en la 4ª etapa), se imagina al volante en el “nuevo” continente: “Me entran muchas ganas de volver, pero para pasear, no cuento ya con los medios para luchar por una buena posición en este rally”. Para René Arnoux, el fervor popular que ha constatado le tienta a montar un proyecto: “Es todo un descubrimiento, tengo la impresión de que debe ser un gustazo correr aquí. Veo que hay mucho público y creo, precisamente, que las carreras de coche son para compartirlas. Un gran premio F1 sin público, no me hubiera interesado. Así que el entusiasmo que veo aquí, resulta muy motivador”. Aunque los dos pilotos están plenamente de acuerdo en su análisis, es difícil imaginarles en el mismo coche para tomar la salida del Dakar 2010: “No podría correr con él, porque yo le daría miedo, y seguro que él a mí también. Aunque probablemente es la persona con la que estaría más seguro”, bromea Jacques Laffite.



Circuitos y Talleres

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