miércoles, 25 de abril de 2007

MURIÓ UN SÍMBOLO DEL TURISMO CARRETERA


En esta sucesión nefasta de hechos que me oprimen el corazón y oscurecen mi alma, una vez más escribo sin deseos de hacerlo, sin motivación, sin poder apoyarme en el profesionalismo que nuestro trabajo requiere. El pasado domingo falleció Guillermo Castellanos durante la disputa de una final del Turismo Carretera, cuando se corría la séptima vuelta en el autódromo de Comodoro Rivadavia.
Guillermo era un sinónimo de lucha, de sacrificios, de pasión por el automovilismo. El con su grupo de colaboradores y el apoyo de la ciudad de Nueve de Julio armaba su cupé Chevy, como lo hacían los viejos corredores del TC, como los hermanos Gálvez, Emilliozzi o como nuestro juninense Eusebio Marcilla para citar un piloto de Chevrolet, su marca.

Guillermo Castellanos tenía 40 años, una esposa y dos pequeños hijos: Paola de 7 años y Guillermito de 3. Corrió en karting, en categorías zonales, Fórmula Renault, Monomarca Gol, TC Pista y finalmente Turismo Carretera. Sin recursos económicos, sólo con trabajo y amor por el automovilismo.
Mi madre, si viviera, recordaría lo que siempre le dije: "Si pudiera elegir mi muerte optaría por morir sobre un auto de carreras". Hoy, con 52 años sostengo lo mismo, pero la vida me llevó por otros caminos y no tuve, como Guillermo Castellanos, la iniciativa, el tezón, la perseverancia, la tenacidad y el objetivo claro de perseguir un ideal para lograrlo.

Guillermo lo tuvo y logró vivir el automovilismo en toda su expresión, llegó a ser el piloto del "pueblo" en la categoría máxima. Nueve de Julio tenía en él un referente dentro del TC, y figuras como Daniel Cingolani y Guillermo Maldonado lo ayudaban para que, como ellos, la ciudad tenga otro referente, otro ídolo local con proyección nacional.

Guillermo Castellanos vivió el automovilismo como yo lo soñé y murió como yo hubiese elegido morir, aunque de él no esperábamos este final, este absurdo y cruel final, menos aún cuando una familia quedó truncada y dos pequeñitos extrañen a su papá y dentro de unos años, cuando muestren a sus amistades las fotos de ese tipo bueno, amable, luchador, sacrificado y apasionado del automovilismo; podrán decir:

"Este era mi papá, dicen que tenía las caraterísticas de los pilotos-preparadores que crearon e hicieron crecer al Turismo Carretera. Era uno de los pocos dentro de un automovilismo muy profesional, de grandes equipos e inversiones, sin embargo papá llegó a hacerles el mejor tiempo de clasificación en La Plata, un viernes de 2006, y pudo ser ganador en alguna competencia, si la vida le daba más tiempo. Porque además de un Ser Humano formidable, era un muy buen piloto".
Circuitos y Talleres

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